Esta vez nuestros aventureros viajan hasta las cumbres de Zempoaltépetl, la montaña de los 20 picos (un número clave en la cultura Mesoamericana), o Sierra Mixe, una de las zonas de mayor antigüedad geológica de México situada al noreste de Oaxaca. Aquí confluyen la Sierra Madre Oriental, la Sierra Madre del Sur y el Eje Neovolcánico.
Estas dificultades en el terreno sumadas a las presiones de pueblos vecinos más numerosos como los zapotecos, los mixtecos o los popolucas, hacen de este área una de las zonas más pobres del país en recursos naturales, poblada mayormente por indígenas que practican la agricultura de subsistencia y cuyas comunicaciones con el resto de México son muy deficientes.
En la región más alta, cuyas montañas alcanzan alturas de más de 3000 metros sobre el nivel del mar, nos encontramos con Tamazulapan.
Los mixes se autodenominan Ajuük jä'äy (gente de la montaña) o Ayuukyä'äy (gente de lengua florida/culta) en su propia lengua, la mixe. Los pueblos del Anáhuac o Valle de México descienden de una misma civilización, la anahuaca, por lo que la raíz filosófica y religiosa es la misma, pero su evolución y las enormes distancias que mantienen alejadas unas poblaciones de otras han hecho que una misma cultura tenga diversas formas de expresión.
Una de las herencias que estos pobladores guardan con mayor cautela son las enseñanzas de los Viejos Abuelos en cuanto a cosmología y religión se refiere, según las cuales el individuo está formado por dos elementos opuestos pero complementarios, el Tonal o en mundo tangible donde trabaja la razón, y el Nahual, ese mundo desconocido que vive dentro y fuera de nosotros, lo irracional.
Además viven acuerdo con el derecho consuetudinario, o sea, prevalecen las costumbre y el interés de la comunidad por encima de leyes o intereses individualistas, y así gobiernan sus territorios. El tequio, una forma organizada de trabajo para el beneficio colectivo, no sólo es su modus operandi sino que en Oaxaca está reconocido y protegido por la ley estatal. En el ECO de los PUEBLOS lo han comprobado asistiendo a las Fiestas de Tamazulapan, donde los mayordomos son la figura encargada de financiar los gastos de las fiestas y ejercer de anfitrión para los músicos, bailarines e invitados.
Y en este punto de la historia escuchamos los 'Sones Mixes' bailado por las mujeres de la localidad alrededor de la orquesta, una formación musical muy arraigada entre este pueblo desde la llegada de los españoles al país.
Dentro de la música mesoamericana encontramos temas
recurrentes como el canto a la tierra, a su gente, a las celebraciones o a la
mujer. En la mayoría de los casos, son pocos o ninguno los que viven de su música, por lo que los intérpretes pueden ser campesinos, maestros o artesanos, cuyas formaciones musicales están ligadas casi siempre por lazos de sangre. Un ejemplo son los hermanos Martínez,
que se reunieron a tocar para este proyecto tras un tiempo
dedicados a sus quehaceres e interpretaron una canción dedicada 'A mi tierra mixe'.
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