17 feb 2016

LORD MOUSE AND THE KALYPSO KATZ: Go Calypsonian! (2013)

El invierno en Alemania ya no es tan frío como nos contaron. La chaqueta sobra y te preguntas con humor si en el Caribe se habla alemán o simplemente te equivocaste de país. Un par de Currywurst mit Pommes (que viene a ser nuestro pincho de tortilla) y duda despejada. Hasta que de repente oyes una conga, unas maracas y una melodía bailonga que te remueve las caderas. 

Los culpables de este "cambio musiclimático" se hacen llamar LORD MOUSE AND THE KALYPSO KATZ. 17 músicos de la urbe berlinesa unidos por una pasión más allá del océano: el calypso. Esta música afroamericana originaria de Trinidad y Tobago que tanto gusta en la costa caribeña, ha conquistado la capital alemana gracias a esta banda. 



Como no podía ser de otro modo hablando de calypso, encabeza la formación un lord, Lord Mouse (B. Kontorowski) vocalista principal y letrista. A su lado, un sexteto de voces femeninas que dan color a la música y a los directos: Vanillinda, Anit’Amour, Jungle Jo, Die Schicke Ulrike, Tiger Tam y Coca Cosiuna. Y tras él una decena de gatos orquestando: Tom Lee Who, ukelele; General Confusion, piano; Benoit Ribot, guitarras; Mark Roman, contrabajo; Tony Keko y Stèphane Doucerain, percusión y congas; Stephen Moultchanski y Kai Eckhardt, trompetas; Witold Niedziejko, saxo; y Claudio Jolowicz, saxo y flauta.

Desde su debut en 2008, han ejercido un papel activo en la divulgación y difusión de un género casi extinto. Esta música popular conoció su época dorada en los años 20 del siglo pasado con calypsonians como Lord Invader o el recientemente fallecido Pal' Joey Lewis. Ahora Lord Mouse y los suyos son los encargados de revitalizar esta música caribeña conservando sus raíces, lo que ellos llaman: urban-calypso para el siglo XXI.

En 2013 publican Go Calypsonian!, doce cortes con versiones imprescindibles para introducirse en el género y temas propios a la altura de semejante reto. Todo un golpe de efecto para apoderarse de las aceras berlinesas y salir disparados a expandir el calypso por toda Europa. El álbum lo abren con uno de sus temas #MadeinGermany y del que en 2014 sacarían un videoclip: 'Monkey Bob'. Una lección de como bailar el mento jamaicano, estilo precursor del ska y reggae y primo hermano del calypso.



Tras él una genial versión de uno de los clásicos del género, 'Edward VIII', compuesto en 1937 por Lord Caresser sobre la abdicación del rey Eduardo VIII el año anterior: “It was love, love alone, that caused King Edward to leave the throne”. Le sigue un salto de espacio y tiempo hasta los que pasaron su infancia en lla Rusia de los 80. Aquéllos que en vez de temblar de frío bailaban al son de 'Chunga, changa' soñando, gracias a la sintonía de estos dibujos animados, que las noches de frío se convertirían en soleadas tardes bajo la sombra de árboles tropicales. Y para quién aún se esté preguntando, "qué c*** hace esta gente tocando una música de un sitio donde nunca han puesto el pie", dale al play y escucha, porque no hay mejor respuesta: 'White boy'.



Llegando al ecuador del disco encontramos la canción de amor: 'Barefooted lover', perfecto calentamiento para pasar bajo la barra en 'Limbo song', versión imprescindible en este coktail tropical. Continuamos la lección de música caribeña en las Bahamas y nos acercamos al goombay, un estilo musical y también un tipo de tambor. Aunque fue en el Nueva York de los años 30 donde se popularizo 'Goombay drums' de la mano de Blind Blake y The Percentie Brothers, una canción que luce en todo su esplendor interpretada - con un brillante papel del piano- por el grupo alemán. Y de aquí vuelta al talento europeo de este siglo y su 'Calypso Hipshake', un tributo a las islas que vieron nacer estos ritmos.





Un poco de fusión y el buen hacer de Lord Mouse and the Calypso Katz tienen como resultado 'Snake charmer', según ellos, el contraste que todo álbum necesita. Al norte del mar Caribe nos encontramos 'Sombrero', con un sonido que se acerca a la costa mexicana, con el charro y el tequila bien agarraditos, pero sin perder de vista la costa cubana. Y antes de acabar el show, una dedicatoria. En esta ocasión es un minino el que se ha ganado el corazón de la banda y se ha merecido una canción, 'Pussycat'. 

Las buenas historias siempre nos dejan algo para pensar, una inquietud, una fantasía. Una magnífica instrumental pone el punto y final a este trabajo haciendo volar nuestra imaginación hasta una noche estrellada en mitad de la jungla, en la que un gato se rinde al sueño. Puedes escuchar aquí 'Dream of a jungle cat'. Si has caído en las garras del calypso y necesitas escuchar más (y en mejor calidad que youtube), echa un ojo a su facebook para enterarte de su próximo concierto, una oreja a su soundcloud para descubrir más canciones o mucho mejor, pílla el CD y escúchalo una y otra vez.

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